Ordena tus cuentas y gánale al SAT
Dentro de su Paquete Económico 2019, el gobierno federal se ha propuesto incrementar la recaudación tributaria sin aumentar las tasas del impuesto sobre la renta (ISR) y del impuesto al valor agregado (IVA), esperando un crecimiento aproximado del 11 y el 13%, respectivamente. Así, para hacer realidad estas proyecciones, se prevé que el Servicio de Administración tributaria (SAT) ensanche sus labores de fiscalización.
Derivado de esto, cabría esperar que Hacienda se mantenga muy al pendiente de las actividades de los contribuyentes durante este ejercicio, esto por medio de auditorías electrónicas, visitas domiciliarias, revisiones de gabinete, entre otras prácticas.
Ante tal panorama, el SAT podría sorprender a cualquier empresa “mal parada” que lejos de que trate de incurrir deliberadamente en fraudes fiscales, su error sería no contar con una correcta administración contable.
Existen diversos negocios cuyo descontrol, derivado de la falta de formalidad en sus procesos y políticas, se ven orillados a pagar multas que pudieron haberse ahorrado fácilmente implementando estrategias de gobierno corporativo, uso de tecnologías digitales de sistema de contabilidad electrónica, archivo, etcétera.
Aquí te decimos algunos de los yerros más frecuentes para que tu empresa no caiga en ellos:
1. Depósitos en efectivo no registrados: la falta de control en este tipo de operaciones bancarias es una de las incidencias más comunes que detecta el SAT, por lo que las considera como ingresos acumulables. Una mala gestión de este registro conlleva a la empresa a hacer cotejo de operaciones adscritas en su contabilidad con las del banco y las del comprobante fiscal digital por internet (CFDI).
2. Fallas en la integración de la contabilidad: es esencial contar tanto con registros contables, como con la documentación que los respalde. Recuerda que, en las sociedades mercantiles, el “archivo muerto” perece realmente hasta después de diez años, y ni aún así quiere decir que deban destruirse todos los documentos anteriores a ese tiempo, como pueden ser los de aportaciones a capital.
3. No emisión de complementos de pago: si recibes un pago diferido o en parcialidades, debes registrarlo por medio de un formulario específico en la plataforma del SAT. El no efectuar este paso es como no haber realizado una factura.
4. Falta de especialistas: durante una auditoría, el no contar con el asesoramiento de profesionales fiscales puede ocasionar que varios de los problemas a resolver durante el inicio del proceso no sean detectados oportunamente e incluso que documentación que se tenía para comprobar acciones contables de la empresa queden sin presentarse.
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