Desde que en el año 2010 el Servicio de Administración Tributaria (SAT) implementó la figura de los comprobantes fiscales digitales por internet (CFDI), empresas mexicanas incursionaron en el desarrollo de contabilidad digital que permitiera facilitar las operaciones administrativas según las nuevas disposiciones.
Más aún, luego de que a partir de 2014 la emisión de los CFDI se hiciera obligatoria, México se convirtió en referente en cuanto al tema de facturación electrónica reportando un promedio de 160 comprobantes fiscales emitidos de forma electrónica por segundo, cifra que llegaría en 2018 a 210.9.
Este impresionante avance en tan sólo cuatro años hace de nuestro país líder a nivel mundial reportando alrededor de 5 mil millones de facturas en línea anualmente.
Sin embargo, si bien esto reduce en buena medida la evasión fiscal y los fraudes por lavado de dinero, además de ser un punto a favor de la transparencia en operaciones de los sectores públicos y privados, existen ciertas compañías que han aprovechado este esquema tributario para hacer de las facturas electrónicas una mercancía.
¿Qué consecuencias puede tener la compra y venta de facturas?
Tanto la compra como la venta de facturas, expedidas por las llamadas EFOS (empresas facturadoras de operaciones simuladas), es un delito que puede ser castigado hasta con seis años de cárcel, según lo dispuesto en Código Fiscal de la Federación (CFF).
Este decreto, publicado apenas el día 16 del pasado mes en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y cuya entrada en vigor tuvo lugar al día siguiente, pretende acabar con el negocio de los “factureros”, que no sólo defraudan al fisco, sino que con sus acciones promueven incluso las operaciones del crimen organizado, que lava el dinero de sus actividades por este medio.
¿Cómo puede afectar a mi negocio?
En ocasiones, sin plena intención de cometer fraude, personas físicas o morales con actividades comerciales ceden su información confidencial –como la firma electrónica— a contadores o proveedores de servicios de facturación, esto para evitarse líos administrativos que, no obstante, puede presentar varios riesgos e implicaciones penales.
El mal uso de esa información por parte de terceros o el desconocimiento de que un proveedor de facturas con el que se trabaja pertenece a las EFOS, puede ocasionar la inconsecuencia de los CFDI’s presentados ante el SAT para deducir impuestos, lo que podría generarte cargos fiscales y multas, además de que podrías ser investigado como empresa que deduce operaciones simuladas (EDOS).
¿Qué hacer si catalogan a mi negocio como EDOS?
La solución aquí es demostrar que los bienes o servicios reflejados en las facturas corresponden efectivamente a compras realizadas por la empresa, aunque en ocasiones la falta de contratos ante notario y hasta documentación no membretada puede levantar las sospechas de las autoridades fiscales.
De esta manera, lo más recomendable es contar con un respaldo de todos los archivos y papeles que, en algún momento dado, puedan servir de prueba ante el SAT, cuidando siempre guardar el mejor orden de estos y prestar atención a detalles de nombre comercial, razón social, domicilio fiscal, etcétera.
Una forma más de prevenirlo es contar con un proveedor confiable, en Facturador.com tu información estará siempre a salvo. Nos encontramos dentro de la lista de proveedores autorizados por el SAT para emitir facturas. Contáctanos y recibe una asesoría personalizada para que puedas disipar tus dudas y empieces a realizar tu contabilidad electrónica de la manera más fácil y segura.
Tendencia
